Si pudiera dibujaría una a una las curvas de tu cuerpo, tus pestañas largas y engreídas, tus cabellos traviesos que entre mis dedos se pierden, tus manos ambiciosas que me abarcan toda, tus piernas fuertes que firmemente me sostienen, tu sexo erecto y hermoso que en mi cuerpo estalla y florece.
Seguir leyendoAuthor: Hada Candelaria
Her and the Women / Ella y Ellas
Her and the Women
One of the women cooks what she likes, the food of the region she comes from, the food from the place where she was born, that has the taste of her people and her land, the food that reminds her of her home, that dining table, the wonky chair, those plates used only when there were visitors.
Today, in the distance, the reminiscence will be part of a ritual that will heal them, not only her but all the women, that will strengthen the ties of the feminine power that unites them, that has empowered them, that has deepened their intuition and their lunar energy.
Seguir leyendoMother Coca / Madre Coca
I dreamt of you, you were dissolved within her.
Within her, you were ethereal and light, you were dry leaves floating with the wind into spirals of white smoke, awakened through her millenary and wise motherly spirit.
Within her, you embraced yourself with her wavy long black hairs, each one made of thoughts and profound reflection.
Seguir leyendoAquellos seres
Primera epístola del Hada Candelaria a Rafael de Antigua, escrita a pocas horas de haberlo conocido, en la madrugada de aquella noche en la que él llegó a su vida para quedarse definitiva e irremediablemente en ella.
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Hay seres con un profundo dolor por la vida, que liberan batallas más allá de este mundo, que han trascendido vidas y han mutado de manera extraordinaria. Seres incomprensibles para el mundo que los mira sin poder verlos.
Seguir leyendoElla
Era un día como cualquier otro en la vieja Candelaria, un día un poco gris, con el aire algo poluto y el sonido de las campanas marcaba el inicio de la vida nocturna en las calles.
Ella, tenía una leve sonrisa en el rostro, deseaba verlo, soñaba con el aroma de sus abrazos y con esos ojos pequeños de los que huía con frecuencia.
Ella, se dirigía al café que él frecuentaba, no para encontrarlo allí – pensaba ella -, pero sí para sentirlo.
Ella, caminaba con la mirada baja recordando la frase de su última carta: “Regresé ayer en la mañana”.
Seguir leyendoPoema de despedida
Arrullada por Benedetti, Neruda, Sábato y Borges, con esta sensación a América Latina corriendo por cada poro de mi piel, con el corazón latiendo al ritmo que sólo el amor puede describir; cubierta por una ruana andina, en este invierno que nuestra tierra no conoce, pienso en ti y en esa forma de amarte.
Extraño esa forma de amar que reta a la piel, y también a las ideas; en la que uno se encuentra y llora, porque la realidad alcanza a teñir de gris el rosado púrpura de las flores.
Seguir leyendoEran dos y siempre serían dos
Iba en el vagón número 2, silla 46, en uno de aquellos trenes que han recorrido los caminos férreos de la Alemania de todos los tiempos. Tenía los tiquetes listos sobre la mesa para cuando el inspector de tiquetes los pidiera.
Le reconfortaba la soledad en el tren, pues particularmente aquel día quería la compañía de sus propios pensamientos y sentir la intensidad de los latidos de su corazón, un poco agitado por lo sucedido.
Seguir leyendoMoon/Luna
Moon
In the forest, the forces constellate. And they, the women, are reunited around her, who has invoked them to illuminate her with their moonlight.
In loving solidarity, they help her to heal, to prepare a path for the other women who are yet to arrive, for those who will be born from her womb and from her words too.
On the moist soil, on the dry leaves, they enter into harmony and she feels how the immense celebration starts, how the strength of the female force swirls and beats, how their spirit unbreakably lulls her.
Seguir leyendo¿Sabes quién es ella?
Cuando llegó a casa era una plantita pequeña, de capullos un tanto adormecidos, plantada tímidamente en el centro de una matera. Eso fue al principio de la primavera pasada.
Mientras el sol la acariciaba, ella trepaba las paredes y se elevaba, mientras compartía su cama con otras enredaderas, que mas que al cielo buscaban a la tierra.
De sus flores abiertas alimentó a las abejas – una de aquellas especies hoy a punto de extinguirse. También jugó con los perros y los gatos que de vez en cuando la visitaron.
Seguir leyendoAmor, Muerte y Destino
Había pasado poco menos de una semana y la esperanza de encontrarlo con vida se había casi desvanecido, quedaba la culpa y el remordimiento por no haber hecho, al menos, lo necesario para salvarlo de la muerte. Sin embargo, en la alberca del segundo patio de la vieja casona en La Candelaria, justo junto a la puerta de la casita que hasta hace un par de semanas había estado habitada por su dueño, estaba el pobre gato, sucio, flaco, sin fuerzas. Pero sobre todo con una tristeza tan profunda que apenas le permitía abrir sus grandes ojos azules.
La conserje de la vieja casona intentó cogerlo, pero él como pudo se escabulló. Marta atinó a gritar mi nombre, tiré entonces la leña con la que intentaba atizar el fuego encendido en la chimenea desde temprano en la mañana, y salí corriendo. No podía creerlo, él me miraba con tal cansancio y de no ser por su naturaleza felina, juraría que Helmuth habría podido echarse a llorar como un niño frente al asomo de cualquier gesto de cariño. Sin duda un alma vieja y guerrera habitaba ese cuerpo blanco, ahora casi sin aliento.
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